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En estos tiempos que corren, llenos de tecnología y realidades virtuales, con las máquinas recreativas de Lanzarote puedes volver a hacer amigos reales.
Porque nada une tanto a unos amigos que una partida de billar tomando algo. Allí están todos: el profesional al que hay que distraer para que no gane, el manta que siempre mete la blanca y el payaso que juega fatal pero que es imprescindible.
En los salones de máquinas recreativas en Lanzarote saben que los juegos no tienen más reglas que las que surjan esa tarde. Que a veces vale "ruleta" al futbolín y a veces no; que eso depende del que el culpable de hacerla vaya ganando o perdiendo. Sabemos que ofrecer algo desde la barra a tu oponente mientras juega al air hockey no es distracción, es estrategia.
Y eso por no hablar de la sinfonola. Elegir una sinfonola es como elegir una película en el videoclub de turno, todo el mundo opinando para, al final, acabar eligiendo una canción cualquiera que no vamos a escuchar, porque bastante tenemos con opinar cada uno de nosotros sobre nuestros artistas preferidos, sin faltar, como debe ser, alguna pulla sobre los artistas de los demás.
Pero lo mejor de todo son los "espontáneos", esos desconocidos que empiezan ojeando desde lejos, que poco a poco se acercan a opinar y que, finalmente, acaban jugando con nosotros y compartiendo una ronda.
Porque, afortunadamente para nosotros, existen aún esas máquinas con las que jugar con la cabeza y con el corazón. Máquinas que son mucho más que un rato, son experiencias, son amigos, son recuerdos y son, sobre todo, la excusa perfecta para salir de la rutina y pasar un buen rato a cualquier hora del día. ¿Acaso hay algo más desestresante una buena partida de futbolín?
En Canarimatic sabemos jugar con la cabeza y con el corazón. ¿Te apuntas?